Muchos de los llamados expertos piensan que la dación en pago puede añadir rigidez al mercado hipotecario y restringir la fluidez del crédito, pero no menos cierto es que la medida ayudará a muchas familias, desde luego siempre y cuando se limite a las economías domésticas más debilitadas por la crisis.
La medida de dación en pago permitirá a las familias aliviar su situación económica
La medida permitirá acogerse a la dación en pago con la entrega de la vivienda para saldar la hipoteca, sólo para familias en el umbral de la exclusión social, con todos sus miembros en paro y que no puedan afrontar el pago de la hipoteca de su vivienda habitual. Las familias afectadas podrán vivir en la vivienda al menos durante dos años como inquilinos antes de su desalojo.
La medida es un avance desde el punto de vista social, y como estará limitada para las familias en peores condiciones económicas, no repercutirá en las condiciones con las que se aprueba una hipoteca y más cuanto que las entidades financieras e aprovecharan de la posibilidad de incluir como gasto fiscalmente deducible las pérdidas en que hubiesen incurrido por la dación en pago. Quizá se dé una restricción en la concesión del crédito pero no es probable al quedar excluidas familias que sobrepasen un determinado nivel de ingresos.
Desde luego la dación en pago tal cual, sin limitaciones y con carácter retroactivo, no es viable, pues las condiciones hipotecarias serán así en el futuro más difíciles y duras. Lo que se debe es provechar de una vez por todas para iniciar un proceso de recuperación económica y social en el sector hipotecario, y por ende en el inmobiliario, que nos permita remontar la crisis
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