domingo, 1 de noviembre de 2015


Valoración de las secuelas

en un accidente de circulación

Para valorar las secuelas derivadas de accidentes de tráfico y calcular la correspondiente indemnización, se utiliza un baremo de 0 a 100 puntos. Cada uno de los perjuicios físicos, anatómicos o funcionales tiene asignado un valor económico, en función de variables como la edad o el número de puntos.

Las secuelas se dividen en tres grandes grupos:

·         Físicas o funcionales. Quedan enmarcados en este grupo los dolores, problemas de movilidad, faltas de funcionalidad, amputaciones entre otras.

·         Psicológicas. Muchas veces se obvian este tipo de secuelas, para evitar pagar por ellas. Aquí quedarían englobadas lesiones como el estrés postraumático, trastornos depresivo-reactivos, trastornos de la personalidad y otras alteraciones mentales.

Las secuelas físicas de los accidentes más graves pueden tardar años en desaparecer o no hacerlo nunca. No obstante, los expertos opinan que las psicológicas puede que, incluso, sean más dramáticas y duraderas. Muchos afectados se ven obligados a recibir tratamiento psicológico.

·         Perjuicio estético. En este apartado quedan integradas las cicatrices, quemaduras, marcas, desviaciones del tabique nasal dicho a modo enunciativo. Para valorar estas secuelas se tiene en cuenta su visibilidad y se emplea un baremo de 1 a 50 puntos. Esta valoración se realiza separadamente del resto de lesiones.

No pocas veces la secuela es susceptible de ser catalogada en los tres apartados. Así una amputación de un dedo es una lesión física, pero también estética y, a buen seguro, psicológica.

De igual manera, existen una serie de factores de corrección, que también se tienen en cuenta a la hora de calcular la indemnización por secuelas sufridas en accidentes de tráfico. El salario del lesionado, la necesidad de ayuda de terceras personas, modificaciones en la vivienda, gastos en medicinas, daños morales, daños económicos, gastos de transporte o adaptaciones en el vehículo.